martes, 31 de mayo de 2016

Reseña de "Publio Vitelio Longo y la fábrica de dinero" de E. Santamaría

Roma se haya envuelta en el caos por las disputas del poder entre el emperador Tiberio, heredero de Augusto, con Sejano, prefecto del pretorio, quién hasta hace no mucho parecía gozar de su confianza y gobernaba la ciudad en su nombre mientras el ya anciano emperador vivía un retiro dorado en la isla de Capri.

El papel de los pretorianos era el de proporcionar una escolta a los emperadores, tanto en campaña como en Roma, ya fuera para acompañarlo a las sesiones del Senado o proteger su mansión en la colina del Palatino; sin embargo, el poder político de esta guardia fue mucho mayor que su importancia militar. Un punto clave en la historia de los pretorianos llegó en el año 31 e.c. cuando el ambicioso prefecto en solitario, Lucio Elio Sejano, casi alcanzó el trono justo antes de caer del poder.

El libro posee dos líneas narrativas, la de este año 31 e.c., donde veremos la lucha por el poder entre Sejano y Tiberio, y como los partidarios de uno y otro van moviéndose, y otra un año después, narradas por nuestro protagonista, el liberto Publio Vitelio Longo, antiguo esclavo de confianza del tesorero de Roma, Publio Vitelio.

A través de sus recuerdos y sus vivencias, nos veremos atrapados en un motín que pone en jaque a toda la ciudad mientras él trata de sobrevivir en él a la vez que trata de cerrar un lucrativo negocio en el que está inmerso, el cual será el motor de la historia y en el que concurrirán ambas narraciones. En su camino por los barrios bajos y las afueras de la Ciudad Eterna se cruzarán mendigos, prostitutas, rufianes, las hermandades de los cruces de Roma, vigiles y pretorianos, ladrones, nobles y banqueros. Así, una historia original y un protagonista alejado de los tópicos de las novelas de romanos de corte militar. Es un ciudadano corriente y moliente, inteligente y con recuerdos, pero también cobarde; nada de un héroe que se abre paso luchando y venciendo a los peligros. Publio Vitelio Longo deberá superar los obstáculos que se encuentra usando el cerebro y su pico de plata.

Aunque es cierto que la estructura en estas dos temporalidades es original y permite añadir muchos detalles (y no desvelar otros hasta que sea necesario) también hace la narración algo confusa en algunos momentos, sobre todo por que no se indica al inicio si el capítulo se sitúa en el pasado o el presente, y a veces se despista uno en las primeras líneas o el primer párrafo hasta que se sitúa temporalmente.

Hay, quizás, un exceso de palabras en latín que podrían haberse traducido directamente, aunque al final hay un glosario que ayuda a paliar esto un poco. Encontré también un exceso de erudición, el cual bien cuando es para introducirnos en la escena en la que se sitúa la acción o para ayudarnos a comprender mejor la trama, pero algunas de estas digresiones sí que parecen estar ahí para rellenar página y poco más. Y bueno, aunque es una tontería, en los primeros capítulos hay una escena de sexo bastante explícita que no aporta nada a la trama salvo el detalle de aflojar a nuestro protagonista antes de un interrogatorio.

Comentados los puntos más flojos, apuntar que la novela es divertida, tiene buen ritmo, y es muy original, mostrándonos a las clases bajas y sus padecimientos, la vida de la ciudad de Roma, muy alejada del mundo militar. Quizás se desinfla en el último cuarto, ya que, en lugar de guardarse un par de giros argumentales bajo la manga para sorprendernos al final, los conoceremos ya desde antes, por lo que los últimos capítulos se reducen a un dejarse llevar, y decepciona ver que no hay ningún nuevo vuelco en la trama. Por lo menos, no es demasiado larga, lo cual ayuda a que su lectura sea más dinámica.

El autor, Enrique Santamaría, es licenciado en Historia, colaborador habitual de la revista Stilus, y se especializó en Historia económica, de ahí buena parte de la trama de su novela, situada en una gran crisis del gobierno de Tiberio donde la avaricia de banqueros e inversores, y el inmovilismo del gobierno, llevaron a la quiebra del mercado y a la ruina a muchos ciudadanos, ricos y pobres por igual, algo que quizás nos suene más cercano de la que parece. Hace un uso estupendo de las fuentes, poniendo en su sitio a "la portera de Roma" que era Suetonio y dándonos una visión bastante lúcida de lo que debían ser las luchas por el poder en Roma y el día a día de las clases más bajas.

Con sus méritos y defectos, esta novela fue la vencedora (aunque no hubo unanimidad al respecto) en los Premios Hislibris 2015 en la categoría de “Autor novel”, entregados este año en Santiago de Compostela.

Autor: Enrique Santamaría
Título: Publio Vitelio Longo y la fábrica de dinero
Editoria: Pàmies (2015)
Páginas: 399

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